A veces estamos tan inmersos en nosotros mismos que es difícil ver más allá de un palmo de nuestra cara.
A veces es tan difícil decir lo que nos pasa, demostrar nuestros sentimiento y hacer lo que realmente queremos.
A veces es tan difícil decir una palabra bonita o hacer un buen gesto.
A veces es tan fácil imaginar y realmente difícil convertirlo realidad.
A veces y sólo a veces tenemos que convertir el verbo pensar en hacer.
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