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domingo, 28 de abril de 2019

Rosalía II


Último vídeo de la evolución de mi dibujo de Rosalía con el iPadPro con la aplicación de dibujo Procreative








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miércoles, 17 de abril de 2019

¿En qué nos estamos convirtiendo?





Desde hace tiempo estoy viendo y percibiendo un cambio y no sé si vamos por buen camino. Por mi edad soy una de las últimas generaciones que hemos vivido nuestra infancia y gran parte de la adolescencia sin móviles. Parece que con el móvil hemos abierto la puerta a un mundo paralelo donde nos refugiamos y damos rienda suelta a lo mejor y lo peor de nosotros mismos. 
No sé si es que damos una dimensión a todo lo que ocurre en ese mundo virtual que nos nubla de lo que ocurre a nuestro alrededor. Como sucede en todas las revoluciones que han ocurrido, es un arma de doble filo, tiene un lado bueno tal como es la interconexión a tiempo real entre personas en todo el mundo así como el acceso como nunca antes a la información y un lado malo como son la invención de una vida irreal y la proliferación de fake news.
Con las redes sociales se ha abierto un mundo que es tan bueno como peligroso, ya que cuando la utilizamos simplemente para compartir una pequeña parte de nuestras vivencias o simplemente para estar conectado con gente con la que sin dichas herramientas sería prácticamente imposible puede dar la impresión que es una gran oportunidad. Pero la realidad es que no solo se utilizan para eso, sino para mostrar una vida que no es real. Cuando utilizamos una cuenta en cualquier red social y la de nuestra pareja (por ejemplo) a la que tenemos acceso y ante una publicación nos hacemos pasar por nuestra pareja para hacer un comentario ficticio y así hacer ver lo maravillosa que es nuestra vida,  tenemos un problema.
Si fuera solo eso además de ridículo podría parecer algo inofensivo pero cuando nuestra vida, expectativa y felicidad se centra en torno a este mundo ficticio es cuando nos encontramos con el problema.
A veces estamos más pendientes a los likes, en subir la foto perfecta para mostrar que nuestra vida está llena de emociones que se nos olvida que no es más que una pequeña ventana que no muestra más que una minúscula parte de lo que es la vida en sí, dejando de prestar atención a otras cosas muchos más importantes como es simplemente relacionarte con la gente que tienes alrededor.
También me da la impresión que al estar tan conectado de manera virtual y tener acceso a tanta información que nos hemos vuelto algo insensibles o con la piel demasiado gruesa ante lo que sucede a nuestro alrededor y a los sentimientos de la gente que nos cruzamos en nuestro día a día.
La verdad es que no sé si nos hemos vuelto tan extremadamente independientes que con solo unos auriculares y nuestro móvil el mundo a nuestro alrededor deja de existir o es que nos hemos vueltos tan superficiales que no nos importa lo que le sucede a las personas que están cerca nuestra.
Lo ideal sería verlo todo con la suficiente perspectiva para no dejar que nos afecte y que todo termina cuando simplemente aprietas el botón de apagar.
Y ya lo ideal es que también fuéramos un poco más selectivos a la hora de informarnos y tener claro que no por estar escrito en internet es verdadero.


Para más información puedes visitar mi página web: www.carlosjavierporras.wix.com/mechanicalengineer y/o visitar mi Instagram: @sindireccionconocida

viernes, 5 de abril de 2019

El contador se ha vuelto a poner a cero




    El contador se volvió a poner a cero y aunque cada vez estoy mejor no puedo evitar caer. Volver a otro tiempo que creía que había olvidado o más bien había superado.
    A veces, parece que me cuesta pasar página. No sé si es por todo lo que vivido en estos últimos meses pero es ahora cuando todo va mejor cuando empiezo a verlo todo más claro y es cuando vuelvo al punto de partida. 

    Los primeros meses después de aquel 13 de julio, fueron jodidos. Todo en cuestión de un segundo pasó de ser blanco a negro. De encontrarme en unos de los mejores momentos a verme en el peor, una situación jodida, para qué no vamos a engañar. Tuve la oportunidad de ver el final pero solo puse el contador a cero por segunda vez en mi vida.

    A día de hoy mi vida va retomando el camino que el accidente hizo que se desviara a un sendero con más piedras y con un paisaje más sombrío. Aunque todavía estoy lidiando con las consecuencias que tuvo aquel día, nada tiene que ver con lo que pudo haber sido. Al inicio de post hago una reflexión de lo que a veces me ronda por la cabeza, pero lo único que demuestra que la vida no es fácil, pero para nadie, así que siempre hay que quedarse con la parte positiva que hay en cada cosa que nos sucede en la vida.

    El porrazo fue muy fuerte, tuve lesiones graves en mi mano derecha pero no la perdí, puedo andar sin la ayuda de una silla de rueda y el resto de lesiones (neumotorax, rotura de la otra mano, daños en la cadera, hombro y rodilla izquierda además de todas las heridas) poco a poco con el tiempo han ido a mejor.

    A veces me gustaría pasar página y no tener tan presente el día de mi accidente, pero todavía casi 10 meses después tengo limitaciones de movimientos en mi mano derecha y sobre todo dolor, además  de mis problemas en la rodilla izquierda que con solo una contusión ósea (o eso me ha dicho el médico),  no creía que a estas alturas no esté del todo bien, pero lo bueno es que me han convertido en la persona que soy a día de hoy. Igual pero distinta, no solo por las cicatrices, sino por lo aprendido.

    Soy consciente que tuve una segunda oportunidad y el accidente ha dado lugar a grandes cosas. Al menos para mi fue una liberación. Una liberación de los comederos de cabeza por cosas inútiles y que no merecen la pena, me ha servido para entenderme mejor a mí mismo, dejarme sentir y no luchar contra la tristeza y la melancolía. La vida no es de color de rosa y si sientes algo siempre hay algo que lo causa, como en física cada acción genera una reacción. Llegar a entender eso y pensar que no pasa nada en gran medida es liberador. Al fin y al cabo, ¿qué nos hace ser seres humanos? SENTIR y ya si somos capaces de relativizar y dar realmente importancia a lo que se lo merece ya nos podemos dar por satisfecho. Por desgracia, muchas veces es necesario que pasen este tipo de cosas para sacudirlo todo y para que después poco a poco todo se coloque en su sitio.

    También me ha servido para darme cuenta de la gente que quiero tener a mi lado independientemente de si es familia o no. Con el paso de tiempo y más después del accidente he llegado a darme cuenta que la familia la formas con la gente que realmente merece la pena. No por tener la misma sangre implica nada ni nos tenemos que permitir todo, si no merece la pena es mejor no luchar y peder energía por gestas que al final solo llevan al sufrimiento. Al final en vez de sentirme mal por la gente que ha dejado de estar ahí prefiero alegrarme al saber las personas que sí lo están.

Ayer precisamente tuve la suerte de cruzarme, navegando por internet, con el artículo publicado en ABC a Irene Villa (una mujer que es simplemente IMPRESIONANTE) es una muestra de que todavía hay esperanza para el ser humano. Leyendo el artículo explica su vida, vivencias a la forma de afrontar la vida y llega a conclusiones que son dignas de admiración tales como "el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional" y que uno no sabe lo fuerte que puedes llegar a ser hasta que la única opción es ser fuerte, por eso "si no puedes cambiar una situación, cambia tú" y no solo se queda ahí sino que lo transmite a sus hijos y a toda la gente que pueda escucharla, todo un ejemplo. No hay mejor forma de terminar que con las experiencias de esta mujer.



Dibujar: Christina Aguilera y Ruth Lorenzo

La falta de tiempo y ganas, a veces, juega en contra de lo que verdaderamente te importa. Llevo un tiempo que no dedico demasiado tiempo a d...