Después de un año y medio de aquel 13 de julio creo que va siendo hora de poner un punto y seguido. Va siendo hora de dejar de tener tan presente aquel día en el que mi vida cambió para siempre. Todavía tengo cosas pendientes, dolores y dificultades durante las 24 horas del día, pero tengo que empezar a dejarlo atrás. He aprendido a vivir con ello sin que forme el centro de atención de mi vida.
Ahora todo empieza a ser medio normal.
Justo cuando se cumplió un año desde el accidente grave de coche, el día en el que pensaba celebrar que había pasado lo peor y comenzaba a retomar mi vida, va y me vuelvo a romper el brazo en el que tuve la fractura abierta del cúbito y el radio y me había seccionado los tendones de la mano. Fue como volver, por arte de magia, a la casilla de salida. Volver a punto de partida de aquel 13 de julio de 2018, unos pasos por delante pero en la primeras casillas del tablero.
Lo único es que esta vez sí era consciente de lo que había sucedido y de lo que me quedaba por pasar. No era una simple fractura en la que te ponen una escayola y listo. Vuelta al quirófano pero esta vez además de volver a abrir por el mismo sitio una tercera vez para colocar de nuevo otra placa, me tenían que colocar un injerto del hueso de la cadera.
Lo bueno de todo es que el tiempo pasa y va colocando todo en su sitio, en tu cuerpo y en tu cabeza. Nunca sabes lo fuerte que puede llegar a ser hasta que no hay otra alternativa. He aprendido también a soltar lastre y colocar cierta cosas en su lugar, a dar importancia a lo que se lo merece y dejar a personas atrás aunque comparta sangre. La familia no la eliges y te tienes que conformar con lo que te toca pero he aprendido a seleccionar y a darle un nuevo sentido a la palabra.
Ahora que lo más grabe empieza a solucionarse, han aparecido otras cosas que desde aquel momento había pasado desapercibidas, pero eso ya es otra historia. Ahora tengo que volver a retomar mis aficiones, mis dibujos y aprender hacer otro tipo de deporte y todo será mejor. No es porque crea que va a ser mejor sino que haré que lo sea.
Ahora que lo más grabe empieza a solucionarse, han aparecido otras cosas que desde aquel momento había pasado desapercibidas, pero eso ya es otra historia. Ahora tengo que volver a retomar mis aficiones, mis dibujos y aprender hacer otro tipo de deporte y todo será mejor. No es porque crea que va a ser mejor sino que haré que lo sea.
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